11 consejos para convertirse en un padre pacífico y tranquilo
La ira y la frustración son emociones humanas universales, pero eso no significa que tengas que ser víctima de emociones negativas. Como adultos, tenemos el deber con nuestras familias y con nosotros mismos de evitar que nuestras emociones se apoderen de nosotros.
Seamos sinceros. ¡La paternidad es difícil! Puede ser increíblemente frustrante cuando solo quieres orinar solo o ducharte durante más de dos minutos sin escuchar pequeños pasos fuera de las cortinas. O te dan ganas de tirarte de los pelos cuando les dices a tus hijos innumerables veces que apaguen las luces cuando salen de la habitación.
Una forma en que muchos padres expresan su enojo y frustración es gritándoles a sus hijos. No porque tengan que hacerlo, sino porque a veces se sienten abrumados y fuera de control. Otras veces, gritar puede ser más fácil que aprender estrategias para ser un padre más tranquilo.
Las investigaciones muestran que gritar puede hacer que los niños sean más agresivos física y verbalmente. Como padre, elevar la voz hasta el punto de gritar puede asustar a los niños y hacerlos sentir inseguros. Se ha demostrado que causa efectos a largo plazo, como aumento de la ansiedad, baja autoestima y agresión. Los padres tranquilos son tranquilizadores y hacen que los niños se sientan queridos y aceptados, incluso cuando se portan mal.
Cuando te enfrentas a una situación que te hierve la sangre, tienes muchas opciones para afrontarla. ¡Encontrar la paz es posible! Aprenda a usar estas estrategias para manejar su ira y llegar a una resolución pacífica:
1. Considere las consecuencias negativas de expresar la ira. Puede ser tentador correr con ira a corto plazo, pero sucumbir a la ira puede presentar más desafíos. Antes de arremeter contra su hijo o tomar cualquier acción que considere apropiada, piense en la situación después de que se disipe el humo.
2. Date un tiempo de espera. Los tiempos de espera no son solo para niños pequeños. Los adultos también necesitan pausas o descansos breves para calmarse. Respira hondo, date unos minutos y date alguna razón para volver a tu mente. Estará en un lugar mejor para tomar decisiones de crianza apropiadas.
3. A su debido tiempo, malinterprete a su familia. No es tu trabajo demostrar que alguien está equivocado; es solo que se equivoque. Si tienes un fuerte deseo de demostrarles que no tienen razón, es tu ego el que ladra. Por supuesto, como padre, es su responsabilidad educar a sus hijos entre el bien y el mal. Sin embargo, al final del día, no tienes control sobre las elecciones que hacen y, en última instancia, tendrán que aprender de las consecuencias de estar equivocados.
4. Decide qué es más importante: ser feliz o tener razón. Muchos argumentos son un deseo por el resultado correcto. Si elige ser feliz por ganar cada discusión acalorada con sus hijos, su vida será más feliz y será un padre más fácil en general. ¿Qué es más importante para ti?
5. Tómate un momento para notar tu enojo. En lugar de reaccionar a ciegas ante su frustración, tómese el tiempo para examinarla. Finge que eres un tercero que presencia tu enfado y molestia. ¿Cómo te sientes? ¿De dónde vienen las emociones en tu cuerpo? ¿Se siente en la cabeza, el pecho o el estómago? ¿Ha cambiado tu respiración? ¿Tus manos tiemblan o se aprietan? Al deshacerse de la ira, puede obtener una perspectiva diferente y debilitar sus emociones negativas.
6. Pregúntate por qué no eres feliz. ¿Alguien te ha hecho daño físicamente? ¿Te defraudaron? ¿Violando uno de sus valores? Descubra por qué está frustrado y podrá tomar las medidas necesarias para encontrar una solución.
7. Concéntrese en el panorama general. Imagina saber que el mundo se acabará el próximo viernes. ¿Te molestarías si tu hijo no colgara su mochila? por supuesto no.
8. Busque soluciones en lugar de tratar de sentirse mejor. La ira es para hacerte sentir mejor. Por ejemplo, en lugar de gritarle a su hijo, trate de encontrar una solución pacífica. Los resultados serán mejores y bien vale la pena su tiempo.
9. Asegúrate de estar informado. ¿Por qué enojarse con su hijo antes de saber la verdad? Asegúrese de que el problema no sea una posible falta de comunicación.
10 Aprender y practicar técnicas de relajación. Cuanto más relajado esté como padre, es menos probable que se enoje. Las técnicas de relajación post-mortem también pueden ser útiles. Aprende a consolarte a ti mismo. Esta es una habilidad que se puede aprender.
11 Vea sus problemas como una oportunidad de práctica para encontrar la paz. Cada vez que se sienta deprimido, piense en la situación como una oportunidad para practicar sus habilidades de manejo de la ira. Esta es una bendición disfrazada. Comprométete a manejar esta frustración mejor que la última vez.
Evite dejar que la ira, la frustración y la molestia se apoderen de usted. Como persona y padre atento y afectuoso, usted tiene opciones. Busca soluciones y paz en lugar de ceder a tus urgencias inmediatas.