4 maneras de superar las inseguridades como líder espiritual de su familia
Superamos las inseguridades del liderazgo estando preparados. La preparación espiritual involucra un enfoque consciente, regular y deliberado en el estudio de la Palabra de Dios. Pablo escribió en 2 Timoteo 2:15, «Aprende a presentarte agradable a Dios, obreros que no tienen de qué avergonzarse, que trazan bien la palabra de verdad». y enseñar a las familias a las que se les confía el liderazgo.
Hay mucha inseguridad si tratamos de dirigir un estudio bíblico familiar con un informe oral sobre una novela que no leímos en octavo grado. Cuando no estamos preparados, comenzamos con dudas. La falta de preparación proporciona un terreno fértil para el diablo y todas sus inseguridades, que drenan cualquier confianza. La inteligencia y la educación no tienen nada que ver con esta preparación. El Espíritu Santo conduce, guía y guía a una persona que está haciendo la obra del Señor.En Hebreos 13:21 se nos promete que Dios «equipará [us] Todo bien es hacer su voluntad, obrar en nosotros lo que le agrada. El Espíritu Santo imparte comprensión y discernimiento espiritual fuera de cualquier sistema de escuelas públicas o programa que otorga títulos.
Santiago 1:5 nos enseña: «Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos con generosidad e irreprensible, y le será dada». coraje y guía del Espíritu Santo a través de nuestras fieles oraciones. Así como el Salmo 23 nos recuerda que Dios es nuestro Buen Pastor, la cabeza espiritual de la familia es el Pastor. Este papel requiere que oremos para que nuestras familias puedan ser guiadas por caminos rectos a través del Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Además, tenemos confianza, como Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 5:24, «El que os llama es verdadero, y lo hará». .
La oración es necesaria para nuestra protección y preparación. William Gurnal escribió: “La armadura del cristiano descansa en paz a menos que sea pulida con el aceite de la oración.” La lectura y el estudio devotos de la Biblia se apoyan en la meditación deliberada. David escribió en el Salmo 1:2 que los bienaventurados «se deleitan en la ley de Jehová, meditando en su ley de día y de noche». Por tanto, nuestra preparación incluye la lectura, el estudio y la meditación de la Palabra de Dios, así como la oración ferviente por el pleno cumplimiento de sus promesas.
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