Informe de grupo sobre la polarización de los hechos científicos
Fasce A., Adrian-Ventura J. et al. (2023).
Procesos grupales y relaciones intergrupales, 26(1), 3–23.
https://doi.org/10.1177/13684302211050323
Abstracto
Investigaciones anteriores han confirmado el papel destacado de los procesos grupales en la promoción y el mantenimiento de la desinformación. Presentamos tres estudios de un marco psicológico basado en la teoría de la amenaza integrada, una teoría psicológica que describe cómo la amenaza percibida conduce a la polarización y el prejuicio del grupo, que consta de las siguientes construcciones: afiliación grupal, amenaza percibida, humillación del grupo externo y ansiedad intergrupal. Nuestro estudio piloto ha demostrado que la necesidad de pertenencia y la ansiedad intergrupal predicen las creencias anticientíficas (pseudociencia, teorías paranormales y conspirativas), lo que justifica la aplicabilidad general de la teoría de la amenaza integrada. El Estudio 1 explora el cambio del pensamiento crítico débil al fuerte en relación con las doctrinas pseudocientíficas. Aparte del mayor menosprecio de los grupos externos y las amenazas percibidas entre los pensadores críticos fuertes, el modelo no funciona bien en este contexto. El Estudio 2 se centra en el conflicto intergrupal en torno al calentamiento global antropogénico, lo que demuestra el fuerte poder predictivo del modelo. Estos resultados se discuten en relación con los perfiles psicológicos distintivos de aceptación y rechazo de la ciencia.
De la discusión general
Amenaza percibida y conspiración de científicos.
Existe una gran cantidad de investigaciones que destacan el papel de la afiliación grupal y las amenazas percibidas en las teorías de la conspiración (Federico et al., 2022; Mashuri et al., 2016; van der Linden et al., 2022; van Prooijen, 2015). Esencialmente, van Prooijen (2022) ha desarrollado un modelo complejo de amenazas entre grupos en el que los eventos sociales perturbadores estimulan la conspiración cuando los grupos antagónicos externos son visibles. La creencia en la existencia de grupos externos secretos, poderosos y malvados perpetúa y exacerba los sentimientos de inseguridad y amenaza existencial (Douglas et al., 2022), por lo que las teorías de la conspiración tienden a fracasar al ser ellas mismas una fuente de amenaza para sus seguidores. . Esta situación fomenta un ciclo de retroalimentación que da lugar a una cosmovisión conspirativa generalizada (Imhoff & Bruder, 2014; van der Linden et al., 2022; van Prooijen, 2022). creer en una teoría de la conspiración es creer en otra teoría de la conspiración (Abalakina-Paap et al., 1999; Goertzel, 1994).
Además de su función de justificar la legitimidad de las identidades y los valores intragrupales (Jolley et al., 2022), la forma prototípica de representación intergrupal que sustenta las teorías conspirativas también proporciona una justificación epistémica putativa para los conceptos anticientíficos. del cambio climático, vacunación, SIDA. y OGM (Jolley & Douglas, 2014; Nattrass, 2013; Uscinski et al., 2022). Las teorías de conspiración sobre la información científica dan lugar al tipo de mecanismos de defensa epistémicos que son característicos de los sistemas de creencias de autovalidación (Boudry & Braeckman, 2012; Lewandowsky et al., 2015), por lo que la evidencia contraria a menudo se interpreta como evidencia de una conspiración. por ejemplo, los teóricos de la conspiración suelen afirmar que su teoría predice la correspondencia entre la historia oficial y la evidencia disponible, por lo que caracterizan la evidencia contradictoria como parte consciente o inconsciente de una supuesta conspiración secreta. En consecuencia, las teorías de la conspiración reducen la disonancia existente entre la negación y el consenso de los expertos al convertir la información contraria en evidencia de apoyo (Lewandowsky et al., 2022).