La preocupación moral separa el odio de la aversión.
Pretus, C., Ray, JL, et al. (2022, 25 de junio).
https://doi.org/10.31234/osf.io/x9y2p
resumen
Hemos examinado si las diferencias en la conceptualización psicológica del odio y la aversión son simplemente una cuestión de grado de negatividad (es decir, el odio cae al final del continuo de la aversión) o también de moralidad (es decir, el odio está imbuido de diferentes componentes morales que lo distinguen). de disgusto). En tres estudios de laboratorio en Canadá y EE. UU., los participantes informaron sobre objetos de actitud desagradables y odiados y los calificaron en dimensiones como valor, fuerza de actitud, moralidad y contenido emocional. Las medidas cuantitativas y cualitativas mostraron que los objetos de actitud odiados eran más negativos que los objetos de actitud desagradables y estaban asociados con creencias morales y emociones, incluso después de ajustar las diferencias en negatividad. En el estudio cuatro, analizamos la retórica en los sitios de odio real y los foros de quejas y descubrimos que el lenguaje utilizado en los sitios de odio prominentes contenía más palabras relacionadas con la moralidad pero no con la negatividad en comparación con los foros de quejas.
discusión
En nuestro primer estudio, examinamos si las diferencias conceptuales entre el odio y la aversión son simplemente una cuestión de nivel de negatividad o si también son una cuestión de moralidad. Encontramos apoyo para la hipótesis de la intensidad: los objetos odiados se consideraban más negativos que los objetos desagradables, lo que sugiere que la diferencia entre el odio y la aversión es en realidad una cuestión de intensidad. Sin embargo, también encontramos apoyo para la hipótesis de la moralidad: los objetos de actitud odiados se calificaron como más fuertemente asociados con las creencias morales fundamentales de los participantes y se asociaron con niveles más altos de emociones morales (desprecio, ira y disgusto) que los objetos de actitud desagradables, lo que sugiere que La diferencia entre el odio y la aversión también puede ser una cuestión moral. Encontramos evidencia convergente para esta última hipótesis en análisis cuantitativos y cualitativos, con autoinformes, expresiones de emoción moral y descripciones espontáneas.
Encontramos que las diferencias en la moral se atenuaron cuando a los participantes se les preguntó por primera vez sobre los objetos de actitud indeseables. A continuación discutimos posibles explicaciones para este efecto de ordenamiento. Es importante destacar que los resultados que respaldan la hipótesis de la moralidad siguieron siendo significativos incluso cuando se ajustaron por negatividad. Más allá del efecto de la negatividad, tanto las preocupaciones morales como las emociones morales explicaron la variación en las calificaciones de los objetos con actitudes odiadas frente a las no amadas. Asimismo, los participantes informaron espontáneamente que los objetos odiados estaban más estrechamente relacionados con la moralidad que los objetos desagradables en sus respuestas cualitativas. Estos resultados proporcionan evidencia preliminar de que la conceptualización del odio puede diferir de la aversión y que la moralidad puede desempeñar un papel clave en la explicación de esta diferencia.