Los adultos mayores de todo el mundo muestran un mayor comportamiento prosocial, pero también mayores preferencias de grupo
Cutler, J., Nitschke, JP, Lamm, C. et al.
Nat. Envejecimiento 1, 880-888 (2022).
https://doi.org/10.1038/s43587-021-00118-3
abstracto
El envejecimiento de la población es un fenómeno global con un impacto significativo en la sociedad en su conjunto. El comportamiento prosocial (acciones que benefician a otros) promueven la salud física y mental durante toda la vida y pueden salvar vidas durante la pandemia de COVID-19. En un estudio global prerregistrado (46.576 personas de 18 a 99 años en 67 países), examinamos si la edad predice la prosocialidad utilizando dos medidas sumamente relevantes: el distanciamiento durante el COVID-19 y la voluntad de donar a organizaciones benéficas hipotéticas. La edad predijo positivamente la prosocialidad para ambas medidas, con un mayor distanciamiento y donación en los adultos mayores. Los adultos mayores, sin embargo, se enfocaron más en el autogrupo que los adultos más jóvenes para elegir a quién ayudar, hicieron donaciones más grandes a organizaciones benéficas nacionales a través de organizaciones internacionales e informaron un aumento en las preferencias grupales. Las preferencias dentro del grupo ayudaron a explicar las donaciones nacionales más grandes que las internacionales. Los resultados fueron robustos a múltiples análisis de control y replicación interna. Nuestros hallazgos tienen un impacto crítico en la predicción del impacto social y económico de una población que envejece, mejorando el cumplimiento de las medidas de salud pública y promoviendo las donaciones caritativas.
Principalmente
El comportamiento prosocial tiene efectos críticos individuales y sociales. La nueva evidencia sugiere que los adultos mayores pueden ser más prosociales que los más jóvenes cuando se trata de actividades como juegos de negocios, aprender sobre recompensas para otros, actividades extenuantes y donaciones caritativas. De acuerdo con esto, las representaciones teóricas del desarrollo a lo largo de la vida, como la teoría de la selectividad socioemocional, sugieren que la motivación para un comportamiento social y emocionalmente significativo aumenta como resultado de las diferencias relacionadas con la edad en las metas y prioridades. La mayoría de los estudios, sin embargo, han evaluado a participantes de poblaciones occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas. No se sabe si los adultos mayores de todo el mundo muestran una mayor prosocialidad. Además, aunque algunos estudios indican un mayor comportamiento prosocial, otros no encuentran asociación o incluso un mayor comportamiento negativo, incluido un mayor sesgo hacia las propias emociones, un mayor estereotipo de grupos externos y un menor apoyo a la ayuda exterior. Tomados en conjunto, estos resultados sugieren que la edad puede estar asociada tanto con un mayor comportamiento de ayuda positiva como con un mayor interés personal y preferencia dentro del grupo.