Preocupación: cómo dejarla atrás
El trabajo causa preocupación; tus relaciones personales causan inquietud. Todo lo que vives se transforma inexorablemente en un dolor de cabeza del que no puedes liberarte. Los pensamientos que se ponen nunca serán útiles a menos que se transformen en una acción dirigida que se convierta en una solución. Si, por el contrario, te has vuelto víctima de una preocupación mundial que te lleva a quejarte sin tomar medidas, entonces lo único que haces es alimentar una sensación de malestar. ¿Es por lo tanto posible dejar de preocuparse? Sí, o mejor dicho, es posible aprender a utilizar tus pensamientos para encontrar soluciones que eliminen sentimientos negativos. Muchas veces, de hecho, es nuestro punto de vista el que da lugar a las preocupaciones y no un hecho en sí mismo que haya sucedido.
El mal uso de la preocupación
Tu mente está siempre trabajando: piensas y planeas todo, a menudo incluso llegando a finales catastróficos. Pero eso no te ayuda. Debes intentar centrar tu atención en aquellas actividades que crees que son más importantes y que quieres conseguir resultados. No te detengas en los miedos, sino entrena tu mente para disfrutar de lo que haces sin dejar que el miedo se convierta en el detonante de algunos de tus comportamientos. Convencerse de hechos irreales y reaccionar en caso de que ocurran afecta a su mente. ¿Y qué hace? ¡Caos!
La idea es empezar a ignorar las imágenes mentales que tienden a perturbar la realidad y dejar de lado cualquier tipo de ilusión. Preocuparse es normal, pero sólo cuando el hecho ocurre y se puede reaccionar para encontrar una solución o resolver la acción. Cada persona puede decidir si responde o no a una preocupación, al igual que con otros estímulos. Ignorarlos te permitirá relajarte y dar el peso adecuado a todo lo que sucede en la vida, dando importancia a todos los acontecimientos. ¿Todavía quieres ser influenciado? ¿O crees que es apropiado concentrarse sólo en aquellas ocasiones que realmente podrían ser un problema o perturbar tu paz mental?
Tres formas de combatir la ansiedad y dejar de preocuparse
Para aliviar el estrés y la ansiedad que dependen totalmente de la preocupación hay tres actividades diferentes que puedes intentar. ¡Y están al alcance de todos! En primer lugar, definitivamente pondremos la meditación, que te permite escucharte a ti mismo literalmente desconectando tu cerebro. La mente se encontrará concentrada en tu respiración, o en el caso del yoga, en las posiciones que estás realizando durante la meditación. Y todo lo demás quedará en segundo plano.
Si prefieres concentrarte en una actividad más energética, entonces intenta hacer deporte regularmente: gimnasio, correr, o dar un buen paseo al aire libre de forma continuada. No sólo beneficiará tu salud, sino también tu mente. Y por último, si eres una persona perezosa y escurridiza, intenta llevar un diario. Acostúmbrate a escribir los problemas y ansiedades que tienes, para que puedas analizarlos y contextualizarlos en tu vida diaria.