¿Puede una intervención ayudar a su ser querido adicto?
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Lynn ha estado bebiendo mucho durante muchos años. Durante ese tiempo, alienó a muchas personas y se convirtió en «una madre imposible». Ella dijo: «Soy bastante desagradable cuando estoy borracha. Mi relación con mi hijo tiene que ser una de las peores relaciones de crianza de la historia».
Afortunadamente, los amigos de Lynn reconocieron que necesitaba ayuda. Intervinieron, lo que ella describió como una «experiencia horrible». Reconoció el amor y la preocupación de sus amigos, pero al mismo tiempo estaba sorprendida. «Odiaba tanto a todos», recuerda. Esta intervención parece ser contraproducente.
Pero la historia aún no ha terminado. Unos días después, un amigo suyo apareció en su puerta. Él la instó a inscribirse en un programa ambulatorio de recuperación de alcohol de cinco semanas y la ayudó a inscribirse en los servicios. «Curiosamente, una vez que mi cabeza apuntó en esa dirección, fue muy fácil dejar de beber y los comportamientos desaparecieron como la lluvia», dice Lynn. «Creo que las intervenciones pueden ayudar, pero creo que el seguimiento es necesario».
¿Cómo es la intervención?
Dado que la mayoría de los adictos niegan la gravedad de su problema, las intervenciones tienen como objetivo romper la negación y animar a los adictos a buscar tratamiento. Pero como demuestra la historia de Lynn, las intervenciones pueden desencadenar emociones fuertes y tener resultados mixtos. No hay garantías.
Aún así, si su ser querido está luchando contra la adicción, puede valer la pena probar algún tipo de intervención. Antes de eso, necesitas saber las siguientes tres cosas.
1. Las intervenciones informales pueden ser útiles. No todas las intervenciones necesitan ser una actividad formal por etapas. Las intervenciones informales, como el cambio de rutinas o las observaciones de «Yo declaro», pueden marcar la diferencia. Un alcohólico en recuperación recordó que un amigo le dijo: «Veo que tu forma de beber te está causando problemas.» Aunque apenas escuchó lo que ella tenía que decir, las palabras se le quedaron grabadas. Esto elevó su nivel de conciencia y eventualmente buscó rehabilitación.
Un consejero recordó que algunos niños en el hogar grupal solían juntar su asignación semanal y comprar grandes cantidades de marihuana y alcohol los fines de semana. Algunos terminaron en el hospital con intoxicación por alcohol. Dado que el estipendio es exigido por el estado, el consejero no puede retenerlo. En cambio, movieron el tiempo de asignación del viernes por la tarde al lunes por la mañana. Al final de la semana, la mayor parte del dinero se gasta en dulces y otros gastos imprevistos. «Al romper el molde, obtuvimos resultados diferentes», observó el facilitador.
Los miembros de la familia pueden intervenir de manera informal cambiando la forma habitual en que interactúan con su ser querido. Si tienen la costumbre de regañar, regañar o discutir, pueden intentar cambiar la dinámica de la relación desvinculándose o encontrando una respuesta neutral. Pueden establecer límites más fuertes y evitar la delegación. Incluso los pequeños cambios pueden tener un impacto positivo.
2. Los eventos disruptivos son una forma de intervención. Los eventos que interrumpen los patrones de consumo de drogas, como ser arrestado, encarcelado o despedido por conducir en estado de ebriedad, tienen el potencial de romper la negación. Las familias pueden permitirles enfrentar las consecuencias de sus acciones en lugar de tratar de «salvar» a sus seres queridos.
El ingreso institucional involuntario es otra intervención disruptiva, a menudo denominada «puesta en escena». En tales casos, las familias recurren al sistema judicial para obligar a sus seres queridos a someterse a tratamiento médico. Como explicó una madre: «Mi hija sufrió una sobredosis dos veces en veinticuatro horas. Darle todo era la única forma en que podía mantenerla con vida».
Los adictos pueden no mejorar después de un evento destructivo, e incluso pueden empeorar, pero al menos este tipo de eventos les permiten enfrentar los problemas que causa su adicción. Esta verificación de la realidad a veces los impulsa a buscar ayuda.
3. Las intervenciones formales deben planificarse cuidadosamente. Las intervenciones formales, generalmente realizadas con la asistencia de profesionales de tratamiento de adicciones, generalmente involucran los siguientes pasos: 1) el organizador recluta a los participantes del evento y organiza algún tipo de tratamiento de seguimiento; cariño, preocupación y observaciones claras y específicas de los efectos negativos en vidas personales; 3) los participantes leen sus cartas en voz alta durante los ensayos para ayudarlos a mantener un tono objetivo durante el evento real; 4) los participantes se reunieron en el lugar de una fiesta, sorprendidos por el objetivo de la intervención y en un momento en que es menos probable que las personas se sientan bajo la influencia del alcohol u otras drogas; 5) los participantes leen sus cartas, cuidando de mantener un tono cariñoso y afectuoso; 6) se informa al adicto que el tratamiento ha sido programado y lo insta a ingresar a un centro de tratamiento.
Si bien no se garantiza que ningún tipo de intervención produzca resultados positivos, las intervenciones pueden sembrar semillas de conciencia que luego se convierten en un deseo de recuperación. Lejos de ser una experiencia de confrontación o negativa, la intervención puede brindar oportunidades significativas para que amigos y familiares expresen su atención, apoyo y amor.