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La depresión y el potencial de la atención médica personalizada al enfocarse en el sistema inmunológico

Una persona acude al médico sintiéndose deprimida y sin dormir bien. Los médicos le diagnosticaron depresión y le recetaron antidepresivos. Después de unos meses, la persona ya no está deprimida. Seis de cada diez pacientes pueden recomendar este abordaje, pero ¿qué pasa con el resto?

El tratamiento de la depresión funciona en aproximadamente el 60% de las personas con depresión. Eso es genial, pero ¿qué pasa con el otro 40%? ¿Recetar una dosis más alta del medicamento? ¿La medicación es diferente? ¿Añadir psicoterapia? ¿Grupo de apoyo? electrocardiograma? Muchos pacientes pasan por un proceso de prueba y error tratando de encontrar lo que funciona para ellos porque puede ser difícil predecir qué funcionará para quién. En otras palabras, hay una falta de atención personalizada.

comprender mejor la depresión

Si queremos mejorar los resultados del tratamiento de la depresión, debemos comprender mejor la afección. El problema con la depresión es que hay una gran variación en la forma en que se presentan los síntomas, pero las vías subyacentes también pueden variar. No hay dos pacientes iguales. ¿Podemos garantizar que lo que funciona para el paciente A también funcionará para el paciente B? ¿No sería genial si, antes de comenzar el tratamiento, pudiéramos entender mejor qué funciona para este paciente en particular? Para hacer esto, necesitamos una mejor comprensión de lo que hace que los pacientes experimenten diversos síntomas depresivos.

Una vía prometedora es estudiar la biología de las personas con depresión. Curiosamente, alrededor del 30% de estos pacientes tenían marcadores inflamatorios elevados. La inflamación es un mecanismo importante de la función inmunológica general y se cree que contribuye a la aparición de ciertos síntomas depresivos.

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supresión inmunometabólica (IMD)

Los investigadores de UMC Amsterdam han estado estudiando este grupo de pacientes. Descubrieron que, además de una inflamación elevada, estas personas también eran propensas a marcadores metabólicos desregulados, con niveles relativamente más altos de glucosa, triglicéridos, colesterol, circunferencia de la cadera e IMC en comparación con otros pacientes deprimidos. Curiosamente, estas diferencias también se asociaron con síntomas atípicos de depresión relacionados con la energía: aumento de peso, comer en exceso, fatiga, más horas de sueño y parálisis por plomo. Este grupo de inflamación, desregulación metabólica y síntomas atípicos relacionados con la energía se ha denominado «depresión inmunometabólica» (IMD) y se estima que está presente en el 30 % de las personas con depresión.

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Entonces, ¿simplemente centrarse en la inflamación y tratarla podría conducir a mejores resultados para la EMI? Bueno, todavía no hemos llegado.

Investigación de la inflamación

Sin embargo, eso es realmente lo que estamos tratando de averiguar en el estudio INFLAMED. En este ensayo clínico, 140 pacientes con IMD serán asignados al azar para aumentar su régimen antidepresivo normal con placebo o celecoxib (un fármaco antiinflamatorio no esteroideo: AINE) durante 12 semanas. La hipótesis era que en estos pacientes, una reducción de la inflamación conduciría a una reducción de los síntomas depresivos. El estudio está actualmente en curso, cualquier persona que desee participar puede registrarse en el sitio web del estudio.

¿Qué significaría si esta estrategia terapéutica tuviera éxito? En primer lugar, significa que si se identifica a las personas con EMI, se las puede tratar con mayor eficacia. En segundo lugar, representaría un gran paso adelante en la realización de una psiquiatría personalizada. Si sabemos que, según los biomarcadores y los síntomas, la mejor manera de tratar el subtipo B del psicópata A es la estrategia 1, ya no tenemos que depender del ensayo y error. Esto ahorra tiempo, dinero y energía a todos y mejorará la vida de los pacientes.

Debe quedar claro que este es el futuro. Si es efectivo, los resultados podrían ser relevantes para otras condiciones en las que se ha observado una inflamación elevada, como los trastornos de ansiedad, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. Si comprendemos mejor la biología detrás de estos trastornos y comenzamos a explorar opciones de tratamiento para subgrupos específicos de pacientes basados ​​en mecanismos biológicos, la psiquiatría personalizada tiene un enorme potencial para transformar y mejorar la salud individual y los sistemas de atención médica.

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