¿Pueden los organoides cerebrales ser ‘conscientes’? Los científicos podrían descubrirlo pronto

El desafío aquí es que todavía no estamos seguros de cómo definir la conciencia en un cerebro humano completamente formado, y mucho menos en un pequeño grupo de células cultivadas en un laboratorio, pero hay algunas vías prometedoras para explorar. Un candidato destacado para una firma cerebral de la conciencia es su respuesta a una perturbación. Si estimula un cerebro consciente con un pulso de energía, el eco eléctrico reverberará en patrones complejos en el tiempo y el espacio. Haz lo mismo con un cerebro inconsciente y el eco será muy simple, como tirar una piedra en aguas tranquilas. El neurocientífico Marcello Massimini y su equipo de la Universidad de Milán han utilizado este descubrimiento para detectar la conciencia residual o «encubierta» en pacientes con lesiones cerebrales graves que no responden al comportamiento. Se desconoce qué sucede con los organoides cerebrales cuando se estimulan de esta manera, y aún no está claro cómo se podrían interpretar los resultados.

A medida que los organoides cerebrales desarrollen dinámicas cada vez más similares a las observadas en los cerebros humanos conscientes, tendremos que reconsiderar lo que consideramos firmas cerebrales confiables de la conciencia en los humanos y qué criterios podríamos adoptar para atribuir conciencia a algo que no ha nacido.

Las implicaciones éticas de esto son obvias. Un organoide consciente podría sufrir conscientemente y es posible que nunca reconozcamos su sufrimiento ya que no puede expresar nada.