5 maneras en que los cristianos pueden salir de la división
Acabo de llegar a casa de una reunión en la iglesia donde el ambiente era tenso, el temperamento estaba caliente y la conversación era intensa. De camino a casa me convencí de que la única solución era dividir el equipo, continuar con el plan contrario y esperar lo mejor.
Cuando compartí mis pensamientos con mi esposo, sugirió que tal vez esta no sea la única manera. ¿Quizás podamos seguir adelante y resolver nuestras diferencias? ¿Cómo se atreve a sugerir, transigir o, peor aún, admitir nuestra preferencia personal por el asunto?
Después de hablar con mi esposo, descubrí que justificaba mis acciones con la Biblia. En lugar de pedirle al Espíritu Santo que ilumine las Escrituras, debemos tener cuidado de usar las Escrituras para validarnos. Hay lecciones en el desacuerdo entre Pablo y Bernabé, y hay muchos más ejemplos en la Biblia. Veamos cinco formas en que los cristianos pueden escapar de la división.
1. Podemos estar en desacuerdo sin estar en desacuerdo
Debemos entender la diferencia entre desacuerdo y desacuerdo. El desacuerdo se define como la falta de consenso o aprobación. Un desacuerdo surge cuando termina en animosidad entre las partes involucradas. Sin embargo, cada desacuerdo no tiene por qué terminar en una división. Si bien las divisiones son inevitables en la vida, y algunas pueden terminar en divisiones, podemos hacerlo de una manera que honre a Cristo.
Mirando la interacción con Pablo y Bernabé, la Biblia no nos dice exactamente lo que se dijo, pero sabemos que hay «diferencias marcadas» ( Hechos 15:39). Aquí hay dos hombres piadosos que sirven a la gloria de Dios, pero siguen siendo humanos y propensos al desacuerdo. Es solo el resultado de dos hombres caídos trabajando juntos. Aunque sus enfoques difieren, están unidos en las verdades del evangelio. Estas personas finalmente decidieron separarse, pero vemos que su separación fortalece a la iglesia y, como resultado, el cristianismo crece ( Hechos 15:41). También tenemos disputas interpersonales y, a veces, es posible que necesitemos separarnos, pero podemos hacerlo de una manera que glorifique a Cristo, glorifique a Dios y tenga paz.