¿Estás pensando demasiado?
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La mayoría de las personas dedican unos minutos a lo largo del día a reflexionar, explorar o comprobar las cosas que necesitan hacer o las cosas que han completado recientemente en su lista de «tareas pendientes». Estos momentos de reflexión ayudan a aumentar la sensación de realización y estimulan la capacidad de una persona para reflexionar sobre sí misma y obtener una comprensión clara de dónde se encuentra en su desarrollo y crecimiento personal. Sin embargo, algunas personas pueden encontrarse en un modo de pensar demasiado: los pensamientos obsesivos pueden volverse muy agotadores y una persona puede tener dificultades para separar su valor y su valor de los pensamientos intrusivos.
Las primeras investigaciones sobre la rumiación se centraron en los patrones de pensamiento negativos obsesivos como síntoma de depresión, que es recurrente. Cuanto más piensa una persona en pensamientos o situaciones depresivas, más probabilidades tiene de experimentar depresión.Sin embargo, los modelos recientes tienen en cuenta que los patrones de rumia a menudo comienzan como síntomas de experiencias traumáticas tempranas, especialmente situaciones de micción, abuso, negligencia en la infancia o síntomas de otros trastornos, incluidos: trastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad, trastornos alimentarios y Trastornos por uso de sustancias.
Algunos teóricos han vinculado la rumiación crónica con la respuesta al trauma de «huida», en la que los pensamientos obsesivos relacionados con el perfeccionismo, el pensamiento catastrófico, dicotómico (todo o nada) y los pensamientos contraproducentes pueden hacer que una persona piense demasiado en el ciclo. Por ejemplo, si una persona ha sido traumatizada, puede desarrollar un patrón de eventos catastróficos en su vida al asumir que sucederá lo peor o al ver las cosas de una manera de «siempre» o «nunca». Si bien pensar demasiado puede tener un efecto de autoprotección y mantener a las personas a distancia, con el tiempo, los patrones de rumiación pueden aumentar los riesgos para la salud emocional, mental y física de una persona.
evitar pensar demasiado
Es importante considerar el impacto que tiene pensar demasiado en su vida, y es recomendable hablar con un psicólogo conductual que se especialice en herramientas orientadas a objetivos para ayudarlo a desenredar las heridas centrales que pueden afectar su tendencia a pensar demasiado. Sin embargo, existen algunas formas que puede explorar por su cuenta para ayudar a reducir los patrones de pensamiento excesivo, entre ellas:
identificar
Reconocer cuándo eres más propenso a pensar demasiado es un primer paso importante. ¿Te encuentras pensando demasiado en determinadas situaciones o con determinadas personas? ¿Le parece que si tiene un mal día o cuando tiene una lista de «tareas pendientes» más larga, tiende a pensar más? Empiece a analizar patrones que le ayudarán a identificar cuándo es más probable que piense demasiado.
pausa
Cuando te permites hacer una pausa, también te permites comprender y comprender qué patrones surgen del pensamiento excesivo. Es posible que descubra que hay cosas que no puede controlar, como las acciones o elecciones de otras personas. Sin embargo, también puede comenzar a desentrañar áreas en las que sí tiene más control, como las elecciones personales en su vida.
control de la realidad
Una verificación de la realidad se basa en preguntarse si sus pensamientos persistentes sobre una persona o situación se basan en la realidad, en experiencias pasadas que rodearon a esa persona o situación. Por ejemplo, si descubre que tiende a tener pensamientos de todo o nada cuando conoce gente nueva, ¿esos pensamientos se basan en la nueva persona o en un antiguo trauma central o experiencia traumática?
Pon límites
Una vez que sea consciente de qué situaciones o personas desencadenan patrones de pensamiento excesivo, podrá aprender a establecer límites personales y darles tiempo para que influyan en sus pensamientos y sentimientos. Establecer límites puede incluir notar cómo se siente su cuerpo (corazón acelerado, músculos tensos, respiración más superficial) y alejarse de la situación para proteger su sentido de autoafirmación y calma. Alternativamente, los límites pueden incluir limitar la cantidad de energía y tiempo que dedica a determinadas relaciones. Por ejemplo, si descubre que una relación es más agotadora emocionalmente para usted que satisfactoria, reconozca si también puede generar más patrones de cavilación.
centrarse en las soluciones
Si cae en patrones de pensamiento excesivo, una sugerencia es redirigir su energía para encontrar soluciones que le ayuden a minimizar los pensamientos obsesivos. Pídale a un amigo, familiar o socio de confianza que lo apoye a tomar decisiones saludables y le brinde soluciones que puedan ayudar a reducir la rumiación.