Emociones

Los terceros corruptos socavan la confianza y el comportamiento prosocial entre las personas.

Los terceros corruptos socavan la confianza y el comportamiento prosocial

Spadaro, G., Molho, K., Van Prooyen, J. W. y otros.

Nat Hum Behav (2022).

Resumen

La corrupción es un fenómeno generalizado que afecta la calidad de las instituciones, socava el crecimiento económico y exacerba la desigualdad en todo el mundo. Aquí probamos si la percepción de los representantes institucionales como corruptos socava la confianza y el posterior comportamiento prosocial entre extraños. Hemos desarrollado un paradigma de juego experimental que modela a los representantes como castigadores de terceros para manipular o evaluar la corrupción y explorar su relación con la confianza y la prosocialidad (comportamiento digno de confianza, cooperación y generosidad). En una tarea secuencial de lanzamiento de dados diádicos, los participantes observaron el comportamiento deshonesto de la víctima, quien posteriormente actuó como un castigo externo en el juego de la confianza (Estudio 1a, N = 540), el dilema del prisionero (Estudio 1b, N = 503), y juegos de dictadores (estudios 2–4, N = 765, preinscripción). En estos cinco estudios, la percepción de la tercera persona como corrupta socava la confianza interpersonal y, a su vez, el comportamiento prosocial. Estos hallazgos contribuyen a nuestra comprensión del importante papel que juegan los representantes de las instituciones en la configuración de las relaciones cooperativas en las sociedades modernas.

Discusión

Importantes investigaciones en diversas disciplinas científicas se han ocupado de las complejas asociaciones entre el grado en que las instituciones son corruptas y el grado en que las personas confían entre sí y desarrollan relaciones cooperativas. Un punto de vista sugiere que el éxito de las instituciones se basa en procesos interpersonales como la confianza. Otro punto de vista sugiere un proceso de arriba hacia abajo, lo que sugiere que el funcionamiento de las instituciones sirve como base para fomentar y mantener la confianza interpersonal. Sin embargo, hasta donde sabemos, esta última afirmación no ha sido probada experimentalmente.

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En el presente estudio, presentamos una prueba inicial de una perspectiva de arriba hacia abajo, examinando el papel del representante corrupto y honesto de la institución, quien aquí actúa como un observador externo con el poder de regular la interacción a través del castigo. Para ello, redefinimos el paradigma de las tiradas diádicas en serie, donde los participantes podían averiguar si un tercero era corrupto o no a través de materiales de segunda mano.

aprendizaje o experiencia personal. En cinco estudios (N = 1808), encontramos apoyo a la hipótesis central que subyace en este estudio: la percepción de terceros como corruptos se asocia con una disminución de la confianza interpersonal y el posterior comportamiento prosocial hacia los extraños. Este resultado ha sido sólido en una amplia gama de diseños y juegos económicos.

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