Autoestima

Evitar la vida abierta: el caso contra compartir demasiado en las redes sociales

A veces, los descubrimientos en un campo de la psicología pueden arrojar luz sobre algo que se pasa por alto en otro. Un ejemplo que nos ayuda a comprender el comportamiento digital son los hallazgos de la psicología ambiental sobre la planificación de oficinas. Resulta que los efectos de trabajar en una oficina abierta sobre la salud mental y el bienestar ilustran los peligros similares de estar abierto a todos en las redes sociales.

Compartir demasiado en las redes sociales y la salud mental

En los videos publicados en las plataformas de redes sociales, es cada vez más común ver a personas, a menudo mujeres jóvenes, discutiendo sobre su salud mental. Este fenómeno es preocupante por muchas razones, una de las cuales es el problema del intercambio excesivo de información muy personal con personas que es poco probable que conozcan.

Cuando se trata de compartir datos personales, el consejo de las autoridades y las empresas de redes sociales es claro: no lo hagas. Cuando se trata de compartir una imagen inapropiada de ti mismo, el consejo de todos los expertos es: no lo hagas. De hecho, retuitear puede ser un delito en algunos casos. Sin embargo, cualquier sugerencia de que la información personal sobre la salud mental y el bienestar se comparte en exceso no parece generar el mismo nivel de publicidad, si es que lo hace.

Además de atraer intimidación y/o falsos intereses maliciosos que pueden exacerbar los problemas de salud mental, o al menos dañar los intereses pornográficos que atraen a los mirones apáticos, la investigación sobre las oficinas abiertas sugiere problemas potenciales con el intercambio excesivo en las redes sociales.

El concepto de establecer y mantener límites para proteger la salud mental está bien establecido. Dependiendo de nuestra relación con una persona en particular, podemos estar listos para compartir cierto nivel de información con una persona en particular, pero eso es todo. La importancia de mantener esta privacidad está bien establecida para una salud mental sólida. Los efectos negativos de trabajar en un espacio de oficina abierto en estas importantes áreas de autoconservación se conocen desde hace décadas. Entonces, ¿cuáles son las implicaciones de crear efectivamente una «vida de plan abierto» en las redes sociales que se pueden inferir de esta investigación?

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El impacto de la oficina abierta

Para muchos interesados ​​en la psicología del comportamiento digital, las implicaciones de una oficina abierta no son realmente un tema de pensamiento o discusión de vanguardia. Sin embargo, la cantidad de literatura sobre el tema es extensa, lo que quizás no sorprenda si se considera la cantidad de inversión en estos edificios.

Las oficinas abiertas afectan a los trabajadores de muchas empresas, a menudo porque mejoran la comunicación entre los empleados. Por supuesto, también se debe tener en cuenta que son más baratos y brindan a los empleadores un nivel de vigilancia sobre sus empleados que las oficinas tradicionales de «células privadas» no necesariamente brindan.

En muchos estudios, las personas que trabajan en celdas privadas calificaron la calidad de su entorno1y su salud mental2, superior a los empleados en oficinas diáfanas.Teniendo en cuenta la salud física y mental, los trabajadores en oficinas abiertas pequeñas y medianas informaron los resultados de salud más bajos, mientras que las oficinas celulares privadas tuvieron los mejores resultados de salud.2Estos hallazgos tienen varios años y, después de la reciente pandemia, pueden ser aún más ciertos ahora.

Los aspectos clave de las oficinas celulares privadas relacionadas con la mejora de la calidad ambiental y las calificaciones de salud mental son menos distracción, más espacio personal y mayores niveles de privacidad.1,3.

Revisión de literatura3 Muestra que existe un deseo muy fuerte de privacidad entre los empleados. En el corazón de este deseo está el control del flujo de información sobre uno mismo.

De hecho, la capacidad de regular lo que otros saben es un poderoso regulador del estrés. El control de la información disponible sobre uno mismo en el entorno puede reducir los efectos negativos de los factores estresantes.

Oficina abierta y «vida abierta»

Entonces, ¿qué analogías se pueden trazar para las tendencias en la publicación de información sobre la salud mental de las personas en el entorno digital? Obviamente, un negativo obvio es la pérdida total de privacidad. Esto va acompañado de una pérdida de la capacidad de controlar el flujo de información sobre uno mismo.

Publicar videos sobre su propia salud mental parece ser un acto voluntario en el que una persona publica deliberadamente información que quiere compartir. De esta manera, se puede decir que el control ha sido asumido por el partícipe. Sin embargo, este no es un tema crítico para el control a considerar. La naturaleza de la información que se comparte es en sí misma problemática, y no quién la publica, sino quién tiene acceso a esa información y cómo se controla ese acceso. Como en una oficina abierta, estos dos aspectos de control se reducen en las redes sociales.

Todos compartimos información muy personal con algunas personas, si tenemos suerte, pero esas personas son pocas y distantes entre sí. Mantenemos nuestra privacidad y control manteniendo nuestros límites: las personas que elegimos compartir con nosotros, no solo la información que compartimos. Sin embargo, una vez que esta información se publica en las redes sociales, se pierde todo control sobre el flujo de información, al igual que se vuelve más difícil controlar el flujo de información hacia uno mismo en una oficina abierta.

Como sugiere la literatura de estudios ambientales, el control reducido sobre el acceso a la información personal es un predictor de empeoramiento de la salud mental. Vale la pena recordar que este hallazgo se deriva del hecho de que el problema clave no es necesariamente el acoso y el comportamiento depredador, sino la pérdida de autocontrol.

Examinar nuestras vidas digitales en todos los aspectos de nuestra vida real puede ilustrar muy rápidamente los peligros inherentes al uso de las redes sociales para difundir problemas personales. Puede ser ingenuo que los jóvenes sientan que las personas que comparten las redes sociales obtienen comprensión de personas de ideas afines en el ámbito digital. La realidad es que suelen encontrar mirones, matones y depredadores psicópatas. Igualmente importante, pero menos discutido, es que necesariamente descubren que, una vez compartida, no tienen control sobre la difusión de la información. Es esta pérdida de control sobre la privacidad lo que en última instancia puede conducir a la depresión e incluso al trauma.

Al igual que con todas las cosas digitales, la clave aquí no es compartir información personal, sino quizás causar preocupación o simpatía inicialmente. En última instancia, la investigación muestra que puede causar daño psicológico. La vida de planta abierta, como las oficinas de planta abierta, tiene sus desventajas.

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