La compensación conductual y neurobiológica entre preferencias sociales y de riesgo
Preferencias sociales y de riesgo
Ayudar a otros puede implicar riesgos para el ayudante. Por ejemplo, los voluntarios médicos arriesgan su propia salud al tratar a pacientes infecciosos. En tales situaciones, las decisiones de ayuda deben basarse en cómo la persona ve el bienestar de los demás (preferencias sociales) y el nivel de riesgo personal que la persona considera aceptable (preferencias de riesgo). Examinamos cómo estas diferentes preferencias se integran psicológica y neurobiológicamente cuando ayudar es riesgoso. Usamos incentivos para la toma de decisiones (Estudio 1; N = 292 adultos) y manipulamos los niveles de dopamina y noradrenalina en el cerebro administrando metilfenidato, atomoxetina o un placebo (Estudio 2; N = 154 adultos). Descubrimos que las preferencias sociales y de riesgo son impulsores independientes de la ayuda arriesgada. El metilfenidato aumentó la toma de riesgos al cambiar selectivamente las preferencias de riesgo en lugar de las preferencias sociales. La atomoxetina no influyó en el riesgo o las preferencias sociales y no influyó en la ayuda de riesgo. Esto sugiere que los niveles de dopamina alterados por metilfenidato influyen en las decisiones sobre la ayuda que ponen en riesgo al rescatador.
De la discusión
Desde un punto de vista práctico, tanto el metilfenidato (que se vende con el nombre comercial Ritalin) como la atomoxetina (que se vende con el nombre comercial Strattera) son medicamentos recetados para tratar el trastorno por déficit de atención / hiperactividad y las personas que buscan mejorar su capacidad cognitiva los usan con regularidad. rendimiento (Maier et al., 2022). Por tanto, nuestros resultados tienen implicaciones para la ética y la política del uso de psicoestimulantes. De hecho, la Encuesta mundial sobre drogas realizada en 2015 y 2022 encontró que el 3,2% y el 6,6% de los encuestados, respectivamente, informaron usar psicoestimulantes como el metilfenidato para la mejora cognitiva (Maier et al., 2022). Las preocupaciones sobre la seguridad médica y la equidad de tales mejoras cognitivas se discuten tanto en el debate ético profesional como entre el público en general (Faber et al., 2022). Nuestro hallazgo de que el metilfenidato cambia el comportamiento de ayuda a través de una mayor disposición a asumir riesgos muestra, sin embargo, que las sustancias que tienen como objetivo cambiar las funciones cognitivas también pueden influir en el comportamiento social. Estos efectos secundarios “sociales” de la mejora cognitiva (ya sean calificados como positivos o negativos) son actualmente desconocidos tanto para los usuarios como para los administradores y, por lo tanto, no reciben mucha atención en el debate social sobre el consumo de psicoestimulantes (Faulmüller et al., 2013).