Reducir las divisiones políticas corrigiendo los sesgos morales fundamentales
Puryear, C., Kubin, E., Schein, et al.
(2022, 11 de enero).
https://doi.org/10.31234/osf.io/fk8g6
resumen
Los esfuerzos para salvar las divisiones políticas a menudo se centran en abordar cuestiones complejas y divisivas. Pero nueve estudios sugieren que también deberíamos centrarnos en una división moral más fundamental: la idea errónea de que los oponentes políticos carecen de un sentido básico del bien y el mal. Este «sesgo moral fundamental» está relacionado con la deshumanización política y se descubre a través de varios métodos, incluido el análisis del lenguaje natural de un gran corpus de Twitter y una encuesta representativa de estadounidenses con incentivos para la precisión. En los EE. UU., tanto los demócratas como los republicanos sobreestiman enormemente la cantidad de miembros de grupos políticos externos que aprueban errores flagrantes (por ejemplo, pornografía infantil, malversación de fondos). Es importante destacar que el sesgo moral básico se puede corregir con una intervención breve y escalable. Proporcionar información de que solo un oponente político está condenando una injusticia flagrante aumenta la voluntad de cooperar con los oponentes políticos y reduce significativamente la deshumanización política.
De la discusión general
Estos hallazgos brindan información importante sobre por qué Estados Unidos está cargado de estancamiento político, partidismo y altos niveles de deshumanización política. Puede ser difícil imaginar cómo los desacuerdos sobre los detalles de la política pueden hacer que los partidarios ni siquiera estén dispuestos a hablar entre sí o verse como seres humanos iguales. Sin embargo, los estadounidenses pueden encontrarse confrontados no con una ideología alternativa sino con oponentes que carecen de una brújula moral. Creer que los demás carecen de este componente básico de la humanidad ha alimentado el conflicto entre grupos a lo largo de la historia. Si el clima político en Estados Unidos continúa por este camino, tal vez no sea sorprendente que dos facciones, que creen que aceptan el asesinato y el robo, continúen intensificando los conflictos.
Afortunadamente, nuestros resultados revelan una intervención simple con implicaciones grandes y amplias para el sesgo moral básico. Decir a los demás que nos oponemos a las injusticias básicas como el asesinato parece que no debería proporcionar nueva información capaz de cambiar la forma en que los demás nos ven. Esto también fue respaldado por un estudio piloto que mostró que los participantes no esperan que la información sobre juicios morales básicos afecte sus evaluaciones de los demás en general. Sin embargo, dado que el sesgo básico de la moralidad abunda en la arena política, las garantías de los adversarios de que tenemos incluso la más mínima capacidad moral mejora su disposición a comprometerse con nosotros. Lo que es más importante, nuestros resultados sugieren que incluso una sola persona que comunique con éxito sus valores morales fundamentales tiene el potencial de hacer que todo su partido político parezca más moral y humano.