Significado en la vida
La persona reflexiva pregunta por qué
Martela explica que nos diferenciamos de los demás animales por nuestra gran capacidad de reflexión. La reflexión es la capacidad de vernos a nosotros mismos y a nuestras vidas desde una perspectiva en tercera persona. En lugar de reaccionar directamente a lo que está sucediendo, podemos salir de la situación y pensar en lo que está sucediendo. Podemos pensar en el pasado y hacer predicciones y planes para el futuro.
Esta gran capacidad de reflexión nos ha permitido hacer y construir todo tipo de cosas creativas e inteligentes. También significa que podemos hacer la pregunta por qué. Ésa es la cuestión de la justificación. El tipo de pregunta: «¿De qué se trata todo esto?» o «¿Por qué estoy haciendo todo esto?» Responder estas preguntas puede resultar complicado.
El mundo encantado esta perdiendo terreno
En el pasado, las respuestas a este tipo de preguntas estaban dictadas por un marco cultural sólido. Martela cita al sociólogo Max Weber diciendo que el mundo estaba encantado en la era premoderna. La existencia de dioses y espíritus no se experimentó como una creencia, sino como una certeza. Todo lo que sucedió fue interpretado a través del lente de un supuesto plan divino. El significado de la vida se daba por sentado.
Martela sostiene que la ciencia surgió de la religión. El objetivo de científicos como Kepler y Newton era comprender el plan de Dios. Pero con el advenimiento de la ciencia, la religión perdió gradualmente su omnipotencia. La investigación lógica y empírica condujo a respuestas que reemplazaron cada vez más a las respuestas prescritas por la religión. El niño (ciencia) empezó a asfixiar a los padres (religión).
Un ejemplo: René Descartes utilizó la duda radical como método para probar la existencia de Dios. Pero, dice Martela, su método incluía una bomba de tiempo. Usando la lógica como un medio para probar a Dios, Descartes colocó el pensamiento lógico por encima de Dios. Si la lógica pudiera usarse para probar la existencia de Dios, también podría usarse para refutar Su existencia. Y muchos empezaron con eso.
Poco a poco, la influencia de la religión en el mundo ha disminuido y continúa disminuyendo. Todo el mundo está cada vez más acostumbrado a la separación de la Iglesia y el Estado, a la existencia de diversidad religiosa y a la existencia del agnosticismo y el ateísmo. Y tanto los creyentes como los incrédulos dependen en gran medida de las explicaciones científicas de cómo funciona el mundo.
Entonces, ¿cómo podemos responder a la pregunta por qué?
Con la pérdida del marco cultural del mundo encantado, nos enfrentamos a la tarea de encontrar respuestas al por qué nos cuestionamos. Esto resulta no ser tan fácil. Ahora sabemos que nosotros, como humanos, somos bastante insignificantes de alguna manera. Entendimos la relatividad de nuestra existencia desde la perspectiva de la inmensidad del universo y desde una perspectiva histórica. También sabemos que todos moriremos y muchos ya no ven la existencia de una vida después de la muerte como algo realista. Desde estas perspectivas se podría pensar que todo es temporal, sin sentido y aleatorio.
La felicidad no es una buena razón
Martela sostiene que muchas personas en las sociedades occidentales han visto la felicidad como un objetivo y una responsabilidad individuales desde la década de 1960. La felicidad se ha convertido en una norma cultural y un objetivo natural en la vida. Esta norma cultural se ve reforzada por todo tipo de mensajes en los medios y la publicidad que nos recuerdan constantemente que debemos ser felices. Martela se da cuenta de que es agradable sentirse feliz, pero dice que la búsqueda de la felicidad también tiene sus desventajas y no es una buena respuesta a la pregunta del significado.
Comienza con que la felicidad no es el objetivo obvio, ya que las personas en otras partes del mundo y en otras épocas no veían la felicidad como el objetivo principal. También dice que la búsqueda de la felicidad puede ser contraproducente. Porque estés donde estés en la vida, siempre notas que es posible más felicidad. Esto puede socavar su capacidad para disfrutar de lo que tiene. Concentrarse en su propia felicidad también puede dañar sus relaciones sociales. Además, ser feliz como norma cultural puede dificultar la superación de los momentos difíciles de la vida. Ser infeliz en nuestra sociedad puede convertirse en una doble carga: sentirse mal y sentirse culpable por no estar a la altura de la norma cultural de la felicidad.
Martela dice que somos complejos y nos preocupamos mucho más que ser felices. La felicidad puede verse como un subproducto de lograr algo de valor en lugar de algo que es tan valioso en sí mismo. Y lo que es valioso en sí mismo es valioso, incluso si no va acompañado de suerte. Incluso sentirse infeliz por hacer todo lo posible o hacer sacrificios por algo muy importante puede hacer que se sienta importante.
Significado en la vida
Martela sugiere que no deberíamos intentar responder a la pregunta general sobre el sentido de la vida. El significado gira en torno a la experiencia individual. Desde una perspectiva universal, no humana, la vida humana no tiene sentido. Solo puede haber significado desde nuestra propia perspectiva individual.
Explica que es más fácil encontrarle sentido a tu vida de lo que parece. Para sentir que vale la pena vivir su vida, debe concentrarse en actividades y metas que crea que valen la pena porque cree que son divertidas o importantes, que use sus habilidades y se empodere. Conéctese con otras personas y construya relaciones íntimas y que usted significa algo para los demás. Las necesidades básicas de la teoría de la autodeterminación se pueden ver en estas recomendaciones. Esto no es sorprendente ya que Martela es investigadora en este campo.
No deberíamos ver la vida como un proyecto, sino como una historia. Ver la vida como un proyecto hace de la vida un instrumento. Su valor ya no está en su vida, sino en lo que hace. En cambio, ves tu vida mejor como una historia única en la que entiendes cómo lidias con lo que está sucediendo. En este sentido, la vida es como la música. Disfrutamos de la música mientras está ahí, aunque sabemos que la música se detendrá en algún momento.