Subestimar la prosocialidad crea una barrera inapropiada para buscar ayuda
Zhao, X. y Epley, N. (2022).
Ciencia psicológica.
https://doi.org/10.1177/09567976221097615
Resumen
Hacer buenas obras aumenta el bienestar, pero las personas pueden ser reacias a pedir ayuda que permitiría a otros ser amables. Nuestra hipótesis es que las personas pueden exhibir una renuencia excesiva debido a expectativas mal calibradas sobre la motivación prosocial de los demás, subestimando cuán positivamente se sentirán los demás cuando se les pida ayuda. Las pruebas previas mostraron que el interés en pedir ayuda se correlacionó con las expectativas de cómo pensarían y sentirían los ayudantes, pero una variedad de escenarios, escenas retrospectivas e interacciones en vivo entre participantes adultos en los Estados Unidos (total N = 2118) mostró que aquellos en necesidad de ayuda subestimó constantemente la voluntad de ayudar de los demás, subestimó cómo se sentirían los ayudantes positivos y sobrestimó cómo se sentirían los ayudantes que se sintieron incómodos. Estas expectativas mal calibradas surgieron de subestimar la motivación prosocial de los ayudantes y sobrestimar la motivación de cumplimiento. Este estudio destaca las limitaciones tanto de los académicos como de los no profesionales al interpretar la búsqueda de ayuda a través del prisma del cumplimiento. Subestimar la prosocialidad puede crear una barrera inapropiada para buscar ayuda cuando sea necesario.
De la sección Discusión
Los actos prosociales, como hacer actos de bondad al azar, tienden a mejorar el bienestar tanto de quienes realizan actos prosociales como de quienes los reciben. De hecho, aquellos que realizaron un acto de bondad al azar en nuestros experimentos informaron sentirse significativamente más positivos de lo habitual, y dos experimentos confirmaron que los participantes se sintieron mejor que los participantes a los que no se les dio la oportunidad de realizar un acto de bondad al azar. Otro encontró que las personas que realizaron actos de bondad se sintieron más positivas después de ser amables de lo que informaron sentirse al comienzo del experimento. Ser más prosocial no le costó a la gente su propio bienestar; lo fortaleció.
Sin embargo, la vida diaria brinda muchas oportunidades para participar en actividades prosociales en las que las personas pueden optar por no participar. Creemos que nuestra investigación apunta a una posible razón de esto: aquellos que realizan actos de bondad al azar subestiman el impacto positivo que tienen en los destinatarios. Las elecciones de las personas suelen estar determinadas por el cálculo implícito o explícito del valor esperado (Becker, 1993). Subestimar cuán positivamente se sentirá el receptor incluso después de un pequeño acto de bondad puede llevar a las personas a participar en actos prosociales con menos frecuencia de lo que sería óptimo tanto para su propio bienestar como para el bienestar de los demás.
En muchas acciones diferentes y en muchos contextos diferentes, los artistas percibieron sistemáticamente su acto de bondad al azar como un acto más pequeño de lo que lo percibían los destinatarios, y sistemáticamente subestimaron cuán positivamente se sentirían los destinatarios después de eso. A los artistas ciertamente no les importó que los destinatarios disfrutaran de su experiencia. En todos los casos, los artistas esperaban que los destinatarios se sintieran más positivos de lo habitual. Sin embargo, los artistas seguían estando sistemáticamente equivocados ya que los destinatarios se sentían incluso mejor de lo esperado.