5 preguntas para calmar tu mente ansiosa
Fuente: Anthony Tori / Unsplash
Un sentimiento de miedo denota miedo a un evento futuro. Ya sea que esté preocupado por su desempeño laboral, asistir a un evento social o las finanzas, el miedo surge al pensar que un resultado negativo está a punto de ocurrir y sentirse incapaz de lidiar con él.
Reconocer y cuestionar los patrones de pensamiento que inducen al miedo es un paso esencial para reducir la ansiedad y recuperar la paz interior. Hacerse preguntas proporciona un marco para descubrir esos patrones de pensamiento y reducir su ansiedad general.
Aquí hay cinco preguntas que pueden reducir los niveles de ansiedad.
1. ¿Por qué tengo miedo?
Esta puede parecer una pregunta obvia, pero he trabajado con innumerables personas temerosas que no podían decirme por qué tenían miedo. Cuando se les preguntó, me dijeron que «todo» daba miedo.
Uno de esos escenarios ilustra un proceso de «apilamiento» en el que apilamos nuestros problemas unos sobre otros. Como cargar una canasta de lavandería abarrotada, nos desabrochamos de su peso colectivo sin identificar y abordar cada problema individualmente.
Apilar nuestros problemas significa que cada uno de ellos debe ser abordado con la misma urgencia. Sin embargo, éste no es el caso. Preocuparse por qué postre preparar para la cena de Acción de Gracias no pesa tanto como un familiar enfermo en el hospital.
Darse cuenta de sus preocupaciones es un primer paso esencial para reducir su nivel general de ansiedad. Esto te ayudará a priorizarlos y concentrarte en los más urgentes. Un buen lugar para comenzar es escribir sus diversas inquietudes y reducir las tres principales que necesitan atención inmediata.
2. ¿Cuáles son las posibilidades de que mi miedo se convierta en realidad?
Después de identificar sus principales preocupaciones, piense en la probabilidad de que se conviertan en realidad. A menudo tratamos nuestras preocupaciones como inminentes e inevitables. Sin embargo, muchos tienen una baja probabilidad de ocurrencia. Comprender estas oportunidades puede reducir la ansiedad.
Por ejemplo, imagine que descubre un bulto en el cuello y le preocupa que sea cáncer. Experimentará un nivel diferente de ansiedad cuando su médico le asegure que lo más probable es que sea benigno que cuando le digan que existe un 90% de probabilidad de que el bulto sea un cáncer agresivo y que es probable que se disemine.
3. ¿Qué puedo hacer para reducir las probabilidades?
Después de estimar la probabilidad de que sus preocupaciones se conviertan en realidad, considere qué pasos razonables puede tomar para reducir aún más esas posibilidades. Responder esta pregunta le ayudará a concentrarse en su área de control.
Por ejemplo, he trabajado con personas que dejaron de conducir por temor a un accidente automovilístico. No estar dentro o cerca de un automóvil puede reducir a cero el riesgo de un accidente automovilístico. Sin embargo, tal comportamiento conduce a problemas más serios porque entrena a alguien a tener miedo de un estímulo que induce ansiedad, en este caso, conducir un automóvil. Esto afecta la capacidad para trabajar, socializar o cumplir con otras responsabilidades familiares. Por lo tanto, es de suma importancia tolerar algún riesgo volviendo al volante para reanudar la conducción.
Las posibilidades de sufrir un accidente automovilístico son pequeñas. Sin embargo, puede tomar medidas proactivas para reducir aún más estas tasas. Dichos pasos pueden incluir no conducir demasiado rápido, no distraerse con los dispositivos electrónicos, conducir con menos tráfico, elegir una ruta familiar en un día despejado o tener un pasajero como segundo par de ojos y oídos.
Tomar medidas sensatas dentro de su área de control reducirá las posibilidades de que su miedo a un accidente automovilístico se convierta en realidad.
4. Incluso si ocurre el peor de los casos, ¿puedo manejarlo?
Desafortunadamente, hay momentos en los que el peor de los casos es inevitable. A pesar de nuestras mejores intenciones de ser proactivos y prevenir un resultado negativo, no tenemos más remedio que enfrentar lo inevitable.
Tómate un momento para pensar en lo que harías si sucediera el peor de los casos. Tal escenario podría incluir la pérdida del trabajo, el final de una relación, declararse en quiebra, una pandemia o la muerte de un ser querido.
Esos escenarios son trágicos y no se los deseo a nadie. Sin embargo, existe la posibilidad de que en su pasado haya superado los peores escenarios. Reflexionar sobre tales experiencias sirve como una brújula que lo guía a través de las dificultades presentes y futuras. Son prueba de su resistencia y perseverancia.
5. ¿Cuánto cuesta el miedo?
A menudo nos obsesionamos con lo que puede salir mal y nos olvidamos de mirar el otro lado de la moneda. No tomar riesgos calculados es en sí mismo un riesgo. El comportamiento de evitación se produce a expensas del crecimiento personal. Nos frena y nos impide alcanzar nuestro máximo potencial.
Por ejemplo, supongamos que evita buscar una promoción profesional, un evento social o una actividad de voluntariado por miedo. Tal comportamiento de evitación le impide encontrar experiencias que pueden conducir al crecimiento personal.
En palabras de Abraham Maslow: «En cualquier momento tenemos dos opciones: avanzar hacia el crecimiento o regresar a la seguridad».
Responder estas cinco preguntas no resolverá todas sus preocupaciones o el rompecabezas del miedo. Sin embargo, pueden ayudarlo a desarrollar una visión más saludable de sus preocupaciones, lo cual es un excelente punto de partida para reducir sus niveles de ansiedad.
Por último, si tiene dificultades con los síntomas de ansiedad, comuníquese con su proveedor de atención médica o psicólogo local. En caso de una emergencia mental, llame al 911 o vaya a la sala de emergencias más cercana. Este artículo no pretende ser un consejo médico o terapéutico.
Para encontrar un terapeuta cerca de usted, visite el Directorio de terapias de Psychology Today.