Pensamiento Moral y Pensando Somos Morales
El péndulo de la mente alterna entre el significado y el sinsentido, no entre el bien y el mal. – Carl Jung
El pensamiento moral implica lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo. Los sentimientos asociados con el pensamiento moral son la aprobación, el interés, el disfrute, la justicia, la ira, el asco y la ira.
La moralidad es una de las cosas que exigimos a los demás por encima de nosotros mismos. Tendemos a juzgar nuestras propias acciones por la utilidad, el esfuerzo o el costo, pero juzgamos las acciones de los demás por motivos morales. La mayoría de la gente dice que quiere moralidad y los juzga con la mayor sinceridad de ser morales. El comportamiento moral coherente requiere un pensamiento reflexivo; es menos probable que los cerebros autónomos controlen la moralidad de nuestras propias acciones y que recuerden un comportamiento poco ético. Tenbrunsel, Diekmann, Wade-Benzoni y Bazerman describen un «espejismo moral» para explicar por qué no somos tan morales como creemos que somos.
Sobrestimar nuestra propia moralidad no se debe principalmente a la hipocresía, aunque la mayoría de la gente trata de controlar la impresión de los demás de que somos morales. Una sobreestimación de nuestra propia moralidad proviene de la predilección del cerebro por la ansiedad. Comportamientos útiles que requieren menos esfuerzo y costo reducen la ansiedad. Debido a que el comportamiento impredecible de los demás puede causar ansiedad, tratamos de usar estándares morales para predecir su comportamiento. Pruebe la hipótesis: observe su necesidad de hacer juicios morales sobre los demás cuando está nervioso o preocupado, en comparación con cuando está tranquilo y sintiéndose bien.
Para reducir la ansiedad necesitamos controlarnos, aunque es fácil confundir el autocontrol con el control de los demás. El juicio moral crea una ilusión de control: creemos que podemos controlar la ansiedad juzgando a los demás como inmorales. Imagínese cuán pocos serían los comentarios en Internet si no anheláramos la ilusión de control.
La ilusión de control explica la actual obsesión de blogs y revistas por los trastornos de personalidad. Aquellos con listas tientan a muchos a culpar de los trastornos de personalidad a cónyuges mentirosos, amantes infieles y políticos despreciados. Confunden el comportamiento poco ético con la psicopatología, comprometiendo la comprensión moral y psicológica. Cuando las personas diagnostican a alguien con un trastorno de personalidad (en un entorno no clínico), lo único que sabemos con certeza es que no les agrada esa persona.
la dimensión moral
La moralidad tiene varios aspectos. En palabras de Haidt, Joseph y Graham, los dos expertos coinciden en son:
- Lesión/Cuidado
- Justo/Recíproco
Cuidar está bien, lastimar está mal. Por ejemplo, la ira hiriente es mala, la ira protectora es buena. La equidad/reciprocidad es más complicada. Una vez más, la ansiedad por la gestión y la ilusión del deseo de control nos vuelven demasiado sensibles a las injusticias de los demás, con poca conciencia de las nuestras.
Nuestro juicio de reciprocidad está más sesgado. En un debate lleno de culpas y contra-culpas, ninguna de las partes se da cuenta de la reciprocidad social de la emoción. Es decir, todo lo que dice la otra persona se juzga fuera de contexto, sin tener en cuenta las palabras o acciones que lo preceden inmediatamente. Esto es cierto, incluso en casos extremos de abuso y delincuencia. La mayoría de los abusadores sienten que son víctimas, mientras que los agresores sienten que el castigo no es proporcional a sus delitos. El cerebro es consciente de las reacciones de otras personas, pero no está muy seguro de a qué están respondiendo, que somos nosotros.
Otra dimensión del pensamiento moral que media los juicios de daño/cuidado y equidad/reciprocidad es el poder diferenciado de los participantes. comparado con:
- Un niño de dos años pateó a su padre, un padre pateó a un niño de dos años.
- Cuatro delincuentes golpearon al quinto delincuente a cuatro policías golpearon al sospechoso.
- Un senador estadounidense atrapó a su vecino evadiendo impuestos.
Podríamos argumentar que el abuso de poder está contenido en el daño/cuidado y la justicia/reciprocidad, pero las respuestas emocionales intuitivas, la base del juicio moral, los distinguen.
Consigue lo que quieres, vuélvete ético
El comportamiento ético requiere una evaluación cuidadosa de cómo el comportamiento afecta a otras personas, lo que no hace el cerebro autónomo. Si queremos ser morales, deberíamos dedicar al menos unos minutos cada día a reflexionar sobre la moralidad de nuestras acciones.
Lista de verificación de ética
Hoy voy a:
cuidado: Protegeré, nutriré, valoraré, mostraré compasión, amabilidad, apoyo o afecto.
Evite el daño: No ignoraré, menospreciaré ni causaré dolor emocional o físico.
Con toda justicia: Consideraré los puntos de vista de mi pareja, hijos, familia, amigos y colegas sobre la equidad.
Respeto a la reciprocidad: Uso las reacciones de otras personas como un espejo para asegurarme de que obtengo lo que quiero.
Cuando no pensamos deliberadamente en la moralidad de nuestras acciones, obtenemos las relaciones, la política y el gobierno que merecemos.