Emociones

La amabilidad puede tener consecuencias positivas inesperadas

La amabilidad puede tener consecuencias positivas inesperadas

amit kumar

Científico americano

12 de diciembre de 2022

Los científicos de la felicidad saben que ser amable con los demás puede mejorar su bienestar. Por ejemplo, algo tan simple como comprar una taza de café para alguien puede levantarles el ánimo. La vida cotidiana brinda muchas oportunidades para tales acciones, pero las personas no siempre las usan.

En una serie de estudios publicados en línea en el Journal of Experimental Psychology: General, Nick Epley, un científico del comportamiento de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, y yo buscamos una posible explicación. Hemos descubierto que las personas que realizan actos de bondad al azar no siempre son conscientes del impacto que tienen en la otra persona. Las personas subestiman constante y sistemáticamente cómo otros evalúan estas acciones.

En varios experimentos en los que participaron unas 1000 personas, las personas realizaron un acto de bondad al azar, es decir, un acto realizado con la intención principal de hacer sentir bien a otra persona (que no esperaba este gesto). Quienes cometen tales actos no esperan nada a cambio.

De un procedimiento a otro, los actos específicos de bondad variaban. Por ejemplo, en un experimento, las personas escribieron notas a amigos y familiares «solo porque sí». En otro, se repartieron pastelitos. En estos experimentos, le pedimos a la persona que realizaba la buena acción y a la persona que la recibía que completaran cuestionarios. Le pedimos a una persona que mostró amabilidad que hablara sobre su propia experiencia y predijera la respuesta del destinatario. Queríamos entender qué tan valiosas encontraban las personas estas acciones, por lo que tanto el actor como el destinatario tenían que evaluar qué tan «grande» parecía la acción. En algunos casos, también estábamos interesados ​​en el costo real o estimado de tiempo, dinero o esfuerzo. En todos los casos, comparamos las expectativas del performer con respecto al estado de ánimo del receptor con las experiencias reales del receptor.

En el curso de nuestra investigación, se han identificado varios patrones estables. En primer lugar, tanto los ejecutantes como los destinatarios de los actos de bondad estaban de un humor más positivo de lo normal después de tal intercambio. En segundo lugar, estaba claro que los artistas habían subestimado su impacto: los destinatarios se sintieron mucho mejor de lo que esperaban los actores. Los destinatarios también calificaron de manera confiable estas actividades como «principales» que las personas que las realizaron.

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